¿Qué historia es ésa de la emparedada de la Casa de las Torres?
- Pues que dicen que allí aparecieron los huesos de una mujer que había sido asesinada.
- ¿Eso cuándo fue?
- No tengo ni idea. He escuchado que fue a principios de siglo.
- ¿Se sabe quién era la muerta?
- Eso no se lo puedo decir...
Cuando llegué a Úbeda (Jaén) no perdí ni un segundo y quise aprovechar al máximo la tarde del 23 de febrero de 2007. Sabía que la Casa de las Torres era la Escuela de Arte y si quería visitar su interior tenía que llegar en horario de trabajo. La Casa de las Torres se construyó a comienzos del siglo XVI y perteneció al condestable Dávalos, regidor y comendador de la ciudad. Por mucho que me esforcé, por mucho que me apresuré, el edificio estaba cerrado.
¿Y en qué quedó la leyenda? Mis preguntas a otra gente me vinieron a contar lo mismo pero las versiones cambiaban un poco de unos a otros. Si todos afirmaban que los huesos eran de una mujer a la hora del descubrimiento me decían que había sido a principios del siglo XX durante unas obras pero también hablé con quien su inteligencia queda estancada en 1936 y siempre culpa de los bienes y desgracias que se viven en el país a las bombas caídas durante la Guerra Civil española, motivo éste que provocaría la caída de un muro tras el que se encontraría el cuerpo, claro que también esta versión encuadraría con el relato de los sucesos según lo escribiera Antonio Muñoz Molina, premio Planeta 1991, en su novela "El Jinete Polaco".
Como no lo tenía claro busqué una librería y con disimulo hojeé un libro sobre leyendas de Úbeda. Suponiendo que el autor hubiera hecho una buena labor recopiladora el libro ponía que el maduro propietario de la casa, Andrés Dávalos de la Cueva, contrae matrimonio con una mujer llamada Ana de Orozco (otras fuentes Antonia de Orozco). Pasado un tiempo la muchacha deja de ser vista y la familia de la chica exige mediante acciones judiciales que se les autorice a ver a Ana. El juicio acabó cuando el maduro marido compró con una fuerte cantidad de dinero el silencio de su familia política. A principios del siglo XX una obras ponen al descubierto unos restos que se suponen de Ana de Orozco. El cuerpo aparece vestido con unos hábitos y un colar, que collar que fue robado y el cuerpo tirado.
Lugar donde puse la grabadora.
- ¿Eso cuándo fue?
- No tengo ni idea. He escuchado que fue a principios de siglo.
- ¿Se sabe quién era la muerta?
- Eso no se lo puedo decir...
Cuando llegué a Úbeda (Jaén) no perdí ni un segundo y quise aprovechar al máximo la tarde del 23 de febrero de 2007. Sabía que la Casa de las Torres era la Escuela de Arte y si quería visitar su interior tenía que llegar en horario de trabajo. La Casa de las Torres se construyó a comienzos del siglo XVI y perteneció al condestable Dávalos, regidor y comendador de la ciudad. Por mucho que me esforcé, por mucho que me apresuré, el edificio estaba cerrado.
¿Y en qué quedó la leyenda? Mis preguntas a otra gente me vinieron a contar lo mismo pero las versiones cambiaban un poco de unos a otros. Si todos afirmaban que los huesos eran de una mujer a la hora del descubrimiento me decían que había sido a principios del siglo XX durante unas obras pero también hablé con quien su inteligencia queda estancada en 1936 y siempre culpa de los bienes y desgracias que se viven en el país a las bombas caídas durante la Guerra Civil española, motivo éste que provocaría la caída de un muro tras el que se encontraría el cuerpo, claro que también esta versión encuadraría con el relato de los sucesos según lo escribiera Antonio Muñoz Molina, premio Planeta 1991, en su novela "El Jinete Polaco".
Como no lo tenía claro busqué una librería y con disimulo hojeé un libro sobre leyendas de Úbeda. Suponiendo que el autor hubiera hecho una buena labor recopiladora el libro ponía que el maduro propietario de la casa, Andrés Dávalos de la Cueva, contrae matrimonio con una mujer llamada Ana de Orozco (otras fuentes Antonia de Orozco). Pasado un tiempo la muchacha deja de ser vista y la familia de la chica exige mediante acciones judiciales que se les autorice a ver a Ana. El juicio acabó cuando el maduro marido compró con una fuerte cantidad de dinero el silencio de su familia política. A principios del siglo XX una obras ponen al descubierto unos restos que se suponen de Ana de Orozco. El cuerpo aparece vestido con unos hábitos y un colar, que collar que fue robado y el cuerpo tirado.
Lugar donde puse la grabadora.
En cuanto al fantasma que aparecía se aseguraba que pertenecía a esta mujer y que se escuchaban sus lamentos. Otras personas me dijeron que el fantasma era el espíritu del señor Dávalos llorando ante la tumba de su esposa o que era puro cuento.
La soledad del lugar me animó a hacer una psicofonía, que ya sabemos que no significan nada, y colocando mi grabadora digital en una de las pequeñas ventanas que están a los pies de cada Torreón me alejé para hacer algunas fotografías. Desgraciadamente no salió nada de interés en las mismas.
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